domingo, 18 de diciembre de 2011

Un año de libros

Siempre he amado los libros. Desde pequeñito he visto a mi madre tumbada en la cama leyendo antes de dormir, echada de lado con el libro apoyado en la mesilla y la luz macilenta de su lámpara de noche alumbrándola. Mis hermanas y yo adquirimos ese hábito tan suyo y nos convertimos en ávidos lectores.

Foto de brewbooks
Antes de que el acceso a internet fuera un derecho fundamental yo tenía que saciar mi sed de información con lo que había en las estanterías del hogar. Afortunadamente estaban bien nutridas. Aunque con tres hijos a los que alimentar y educar mis padres siempre han estado económicamente ahogados, nunca nos negaban el dinero si era para libros. Les estoy profundamente agradecido por ello.

Tengo un paladar lector un tanto peculiar. Me gusta leer y me gusta saber cosas -cuanto más curiosas y raras mejor-, así que normalmente leo libros de divulgación y ensayo. Mis temas preferidos son ciencia, filosofía, psicología y economía. Ya casi nunca leo ficción; no porque no me guste, sino porque me cuesta mucho dejar un libro si la historia engancha. Y porque, como he dicho antes, más que para pasar el rato leo para aprender.

Este año las horas en el tren de camino y vuelta del trabajo han sido especialmente fructíferas: setenta y un libros desde el 1 de Enero hasta hoy (aún caerán dos o tres más). De todos ellos, creo que los menciono a continuación son los mejores (sin ningún orden en particular):
El tigre que no está. Un paseo por la jungla de la estadística.
Lo recomendaba Tim Harford, uno de mis autores favoritos. Somos muy malos manejando números (especialmente cuando son muy grandes) y estadísticas (sobre todo cuando vienen dadas por los medios de comunicación). A través de ejemplos diarios este libro hace inteligibles las medias y sus desviaciones, el riesgo, las correlaciones, las casualidades y la toma de datos. Alfabetismo matemático sencillo y accesible, con un enfoque algo distinto al que suelen tomar los libros de este tipo.
¿Se creen que somos tontos? 100 formas de detectar las falacias de los políticos, los tertulianos y los medios de comunicación. Julian Baggini.
Recomendado por Derren Brown. Imprescindible para todo aquel que escuche la radio, lea periódicos, vea la tele o, simplemente, discuta con personas. Cien pequeños capítulos para no creerse sin más todo lo que a uno le cuentan. Buen entrenamiento para desarrollar el pensamiento crítico.
Ética práctica. Peter Singer.
Lo compré por casualidad en la librería, iba buscando otro. Me encantó su argumentación de los derechos de los animales y, aunque el autor es utilitarista -enfoque ético que no comparto- su argumentación es muy buena y los temas tratados (eutanasia, vegetarianismo) interesantes.
Justicia ¿hacemos lo que debemos? Michael J. Sandel
Leí la reseña del libro en el periódico cuando se presentó la obra y probé suerte. Sandel es ahora uno de mis autores favoritos. Me encanta cómo escribe, el vocabulario que usa y cómo argumenta. Es claro, ameno y práctico. Iluminador.
Tráfico. Por qué el carril de al lado avanza más rápido y otros misterios de la carretera. Tom Vanderbilt.
Como reza el título, este libro habla de curiosidades sobre el tráfico. Está lleno de estadísticas interesantes (accidentes, riesgo, etc.) y estudios sobre el comportamiento humano en la carretera (por ejemplo, por qué nos volvemos unos cafres al volante).
Mala ciencia. Ben Goldacre.
Un libro para aprender cómo funciona la ciencia basada en pruebas, centrado sobre todo en la medicina. De forma divertida y sarcástica, Goldacre habla de cómo se crean y prueban los medicamentos, cómo se usan mal las estadísticas (en la línea de El tigre que no está) y por qué la homeopatía y otras supercherías son un timo. 
El hombre en busca de sentido. Viktor Frankl.
Viktor Frank cuenta aquí sus experiencias en dos campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial, y cómo esas experiencias le llevaron a alumbrar su terapia del fin (logoterapia). Sobrecogedor y profundo.
Los descubridores. Daniel J. Boorstin.
No recuerdo cómo llegó este libro a mi lista, pero es una joya alucinante. La invención del tiempo, de los relojes, la exploración geográfica, la imprenta y los libros... una obra maestra llena de historias, personajes y datos fascinantes.
El prisma del lenguaje. Guy Deutscher.
Apareció mencionado en la lista de lectura para el verano de la Royal Society. Es un libro muy curioso sobre el lenguaje y su relación con el mundo: cómo lo vemos, cómo lo representamos, cómo nos afecta. Relata curiosidades como que casi cada cultura tiene nombres distintos para los mismos colores, y que casi todas las sociedades humanas nombran (descubren) los colores en el mismo orden. 
The Know-it-all. A. J. Jacobs.
Este lo tenía pendiente al menos desde 2005. Gracias al Kindle pude hacerme con él finalmente. Es la historia de un hombre que se lee la Enciclopedia Británica de principio a fin. Narra cómo afecta eso a su vida y qué cosas le llaman la atención de lo que lee. A.J. Jacobs es muy divertido y tiene unas profundas percepciones sobre aspectos mundanos.
La hipótesis de la felicidad. Jonathan Haidt.
Una buena y sencilla explicación del funcionamiento del cerebro. Mezcla de psicología y filosofía, de ciencia actual y sabiduría ancestral, trata sobre los conceptos de felicidad y la búsqueda de la misma a través del amor, el significado de la vida, la virtud y la religión. Sensato y profundo.
Si el lector está interesado, la lista (casi) completa de libros leídos está disponible en nuestra estantería de anobii.

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