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¿Quién no se ha sentido alguna vez como el Atlas, abrumado por el peso de la existencia? Esos días en los que se acumulan los problemas laborales, las tareas que hacer en casa, las citas pendientes con los amigos, estás acatarrado, no para de llover y la sombra del futuro incierto planea en el horizonte. Días en los que parece mejor no haber salido de la cama.
Es curioso cómo esos días se tiñen de negro a sí mismos. Los sentimientos parecen modificar los filtros de nuestra percepción. Como se piensa así se siente, como se siente así se piensa. Mihalyi Csikszentmihalyi lo describe así:
«La mayoría de las personas sólo piensan en sí mismas cuando las cosas no van bien, y con ello entran en un círculo vicioso en que la ansiedad del momento colorea el pasado y, acto seguido, los recuerdos dolorosos hacen que el presente parezca aún más negro.»En el entrenamiento deportivo de la fuerza hay unos ejercicios llamados de prehabilitación utilizados para prevenir lesiones. Se definen informalmente como aquellos que deben trabajarse habitualmente o acabarán haciéndose como parte de la terapia rehabilitación. Ocurre que también para la mente hay ejercicios de prehabilitación, y al igual que los físicos deben practicarse cuando nos sentimos bien (ibídem Csikszentmihalyi):
«Una forma de romper ese círculo consiste en desarrollar el hábito de reflexionar sobre la propia vida cuando existe una buena razón para sentirse bien respecto a ella, cuando se está de humor optimista.»¿A qué tipo de reflexión se refiere? Las investigaciones en psicología cognitiva apuntan a los siguientes:
- Dar gracias: por los amigos, por una relación, por el trabajo, por tener un techo o suficiente comida, por haber aprobado, por tu bebé, por un chocolate excelente, tu mascota, un beso, una sonrisa, un olor... cuenta tanto lo grande como lo pequeño.
- Pensar en las experiencias más maravillosas del pasado. Revivir la situación, lo que pasaba y cómo se sentía uno.
- Imaginar el mejor futuro posible. Siendo realista, imaginar un futuro en el que se han alcanzado las metas y la vida es un sueño hecho realidad.
- Pensar en alguien muy querido para ti y cómo decirle lo importante que es, lo mucho que te importa y lo que significa en tu vida.
- Revivir lo que haya ido bien en los últimos días. De nuevo se debe tener en cuenta lo grande y lo pequeño. Quizá te hayan ascendido, quizá simplemente hayas encontrado aparcamiento a la primera. Trae de nuevo a tu memoria un puñado de esas cosas.
Otro ejercicio que en mi opinión merece la pena aprender es el ABCDE de Martin Seligman (Adversity-Belief-Consequences-Disputation-Energization), basada en el ABC de Albert Ellis. Se entenderá mejor en qué consiste con un ejemplo banal:
- Adversity: un conductor realiza una maniobra indebida como colarse en una salida atascada de la carretera.
- Belief: pensar «menudo morro», «qué cara», «vaya gilipollas», etc.
- Consequence: enfadarse y maldecir, quizá acompañándolo con pitadas, gestos obscenos y gritos que el destinatario no podrá oír.
- Disputation: puede ser que no ha encontrado un sitio mejor para hacer la maniobra, no lo haya podido hacer antes, o no sabe bien por dónde va y se ha equivocado.
- Energization: todos cometemos errores al volante, no hay nada que pueda hacer al respecto y conducir enfadado es peligroso para mí, por lo que en este caso será mejor dejarlo correr.
Aprender a reflexionar y discutir con uno mismo permite no olvidarse del sol escondido tras las nubes en esos momentos llenos de achares.