martes, 12 de octubre de 2010

Impulsos

De 2000 a 2006, la cadena Fox emitió la serie cómica Malcolm in the middle, que versaba sobre un chico llamado Malcolm y su familia disfuncional. La serie es altamente recomendable, y está llena de verdaderas perlas. Una de mis favoritas puede verse en el capítulo S01E11. En él, la tía Helen ha muerto y la familia se prepara para ir al funeral. Malcolm está hablando en la habitación con su hermano mayor, Reese, quien quiere esconder un juguete roto en el ataúd:
Malcolm: "¿Qué es eso?"
Reese: "Un superhombre. Estaba en el armario de papá y mamá, no sé por qué."
Malcolm: "Dewey cumple años la semana que viene ¡éste es su regalo!"
Reese: "¡Aahh!"
Malcolm: "¿Qué le has hecho?"
Reese: "Lo he pisoteado"
Malcolm: "¿Por qué hiciste eso?"
Reese (duda un momento): "Oye, yo no sé por qué hago las cosas. Lo que sé es que no quiero que se enteren."

Reese es consciente de que no sabe por qué hace las cosas, pero las personas del mundo real no somos así (casi nunca). Creemos que lo sabemos, lo cual no es lo mismo que saberlo realmente. Lo que hacemos en realidad es crear justificaciones para nuestros actos. Un experimento clásico de psicología a este respecto es el llevado a cabo por Michael Gazzaniga en pacientes de comisurotomía:
"Una de las demostraciones más espectaulares de la ilusión del yo unificado es la de los neurocientíficos Michael Gazzaniga y Roger Sperry, que demostraron que cuando los cirujanos cortan el cuerpo calloso que une los hemisferios cerebrales, literalmente parten el yo en dos, y cada hemisferio puede actuar libremente [...]. Y lo que es aún más desconcertante, el hemisferio izquierdo teje constantemente una explicación coherente pero falsa de la conducta escogida sin que lo sepa el derecho. Por ejemplo, si el que realiza el experimento lanza la señal "Andar"  al hemisferio derecho (manteniendo la señal en la parte del campo visual que sólo el hemisferio derecho puede ver), la persona cumplirá la orden y empezará a andar para salir de la habitación. Pero cuando a la persona (concretamente, al hemisferio izquierdo de la persona) se le pregunta por qué se levantó, dirá, con toda sinceridad: "Para tomar una Coca-Cola", y no "Pues no lo sé".
[...] La mente consciente - el yo o el alma - es un creador y manipulador de opinión, no el comandante jefe."[1]

Cuando estaba en el instituto, recuerdo haber leído en un número de la revista Quo cómo el PET mostraba que, en las personas, el impulso de la acción aparece antes que el razonamiento.

Y todo esto sin tener en cuenta las costumbres, las tradiciones, las convenciones, etc. Pero todo eso ya es material para otra entrada.