viernes, 15 de octubre de 2010

El otro dardo en la palabra


Revisando ficheros antiguos desperdigados por el disco duro encontré esta carta que le escribí a una compañera de instituto. Por aquel entonces yo estaba leyendo El nuevo dardo en la palabra, e intentaba imitar el estilo del gran maestro Lázaro Carreter. Me he reído mucho al volver a leerla.


"Mi sicalíptica compañera:

La herramienta de trabajo más importante de un profesor es la palabra, ya que con ella intentan hacernos llegar el conocimiento. Por eso cabría esperar un cuidado exquisito del lenguaje hablado, para que su mensaje llegue de la mejor forma posible a sus alumnos.
Pero no es así. Juanjo, en un intento por parecer egregio leído de correcta parla, repite incesantemente vulgarismos e incorrecciones de uso demasiado habitual. Así, nos escupe a la cara que él va a impartir su clase (sic), cuando el único que puede impartir algo es un religioso, y lo único que puede impartirse es la bendición. Evitemos, pues, el uso de impartir referido a clase, lección, curso, asignatura, materia, etcétera. Con respecto a clase, lección y curso, el verbo más adecuado es dar. Para asignatura o materia, lo correcto es enseñar.
El señor Juanjo también debería repasar la conjugación de los verbos: fijaros, repartiros, iros, etcétera son vulgarismos que hieren el oído de los alumnos sensibles. Diga en su lugar, don Juanjo, fijaos, repartíos o id. O mejor aún, fíjense, repártanse y váyanse, ya que prefiere el trato impersonal. Y ya que estamos, recuerde que cuando nos referimos a un testigo del sexo femenino se le debe hacer referencia como "la testigo".
Por supuesto, Juanjo no es el único que le da higas al lenguaje. Paco, autor de un libro ya publicado, y otro a punto de hacerlo -si el cielo no lo impide-, nos pide que hagamos manuales a nivel de usuario y a nivel de administrador (sic). Es un abuso demasiado habitual de la locución prepositiva "a nivel de", que significa propiamente "a la altura de". No está bien usarla en lugar de "en el grado de", "con el grado de", "entre", "en el ámbito de", "desde el punto de vista de" o "en el aspecto de". De modo que lo que debemos hacer son manuales para el usuario y el administrador, o en el aspecto del usuario y el administrador, o desde el punto de vista del usuario y el administrador. "A nivel de" queda reservado para expresiones como "a nivel del mar", y poco más.
Estos atropellos al infolio son demasiado frecuentes en quienes utilizan el lenguaje como herramienta de trabajo. Por ejemplo, los publicistas.Mientras leía el periódico esta mañana me he dado cuenta de que, en publicidad, las tildes son como mocos: se consideran feos, molestos y ofensivos, de modo que se quitan. ¿Cabe mayor aberración?"